Episodio 10: Tussilago (Preocupación)
Julián se preocupa por la idea de Diego de adoptar tres hijos. Pensando que Virginia es el cerebro del plan de Elena, Carmela le pide disculpas y le muestra un vídeo de su CCTV, lo de Claudio y Elena besando. Un joven muy fresita viene a la florería para amenazarle a Virginia. Dice que en esa colonia no se puede vender drogas sin su permiso. Ella lo ignora hasta que se enteren todos de la desaparición de Bruno y Micaela. Hasta Ernesto alcanza la noticia después de que lo golpee uno de los reclusos él cual afirma que es el hermano del joven que le ha amenazado a Virginia. La verdad es que Bruno ha llevado Micaela al nevado para liberarse del estrés. La familia paga MXN2 millones para evitar violencia y regresan Bruno y Micaela esa noche. El incidente provoca una disputa entre Paulina y María José quien dice que sería mejor llevar a Bruno a España para poder disciplinarlo mejor. No es porque Paulina haya sido una mala madre sino para compensar por su responsabilidad y recuperar tiempo perdido con su hijo.
JAJAJAJA, ¡¡Carmelita!! Carmelita es un buen ejemplo de un personaje que aún se puede redimir por darle más humanidad, algo que nos dé una razón para decir que de todos modos es un ser humano más que una chismosa insoportable. Por lo menos ha logrado Elena algo bueno, una situación beneficiosa para todos: Carmela deja de ser chismosa pero se gana una vida amorosa. Viéndola así comiéndose helado y conteniendo las lágrimas mientras mirar el vídeo del stripper es super gracioso. El episodio también nos da una ojeada del problema de drogas en el país, no tan profunda porque esta serie no es un documental pero bastante para ver cómo puede intervenir tal malestar social en la vida cotidiana de una familia mexicana. Por lo menos ya no va a ser una cuestión pendiente esa subtrama de Virginia. En la vida real tal vez sea posible escapar de consecuencias, pero en el cine y en la tele, siempre nos faltará la justicia poética, ¿neta?
Episode 10: Tussilago (Worries)
Julian worries about Diego’s idea of adopting three children. Thinking that Virginia is the mastermind behind Elena’s plan, Carmela asks her for fogiveness and shows a video from her CCTV which shows Elena and Claudio kissing. A preppy young man drops by the flower shop to threaten Virginia. He says that no one is allowed to sell drugs in that area without his approval. She ignores him until they realize that Bruno and Micaela are missing. Even Ernesto learns about the news after he is beaten up by one of the inmates claiming to be the brother of the young man who threatened Virginia. The truth is that Bruno has taken Micaela to the hills to unwind. The family pays MXN2 million to avoid violence, while Bruno and Micaela return that evening. The incident sparks a discussion between Paulina and María José, who says that it’d be better if she just took Bruno to Spain to discipline him better, not because Paulina has been a bad mother but rather to make up for her responsibility and lost time with her kid.
HAHAHAHA, Carmelita!! Carmelita is a good example of a character who can still be redeemed by giving her more humanity, something that will give us a reason to say that more than being an insufferable gossip-monger, she is a human being after all. At least Elena accomplishes something good, a win-win situation for everyone: Carmela leaves them be but she gets a love life. Seeing her devouring ice cream and holding back tears while watching the stripper video is super hilarious. The episode also gives us a peek of the country’s drug problem, not a very deep look because this series is not a documentary but just enough to see how such social malady can interfere in the daily life of a Mexican family. At least that particular subplot of Virginia will no longer be a loose end. In real life perhaps it is possible to escape from the consequences of such actions but in film and television we will always need poetic justice, now won’t we?
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