Episodio 14: Rosa (Unidad)
Un año después, Virginia de la Mora está muerta. Residiendo ahora en Madrid con María José y Bruno, Paulina recibe una llamada de México del abogado de la familia, el cual le informe que alguien ha impugnado el testamento de su mamá. Aún obsesionada de la venganza contra Diego, les dice a María José y a Bruno que regresen a México. Bruno está emocionado, mientras que María José está harta de todo el drama. Purificación (María León), la hermana entrometida de María José, quema los pasaportes de los dos y al final Paulina vuelve sola a CDMX. Mucho ha cambiado en la casa de la Mora. Ernesto ha encontrado solaz en una vida espiritual renovada. Elena llega a ser arquitecta en una gran empresa pero aún tiene dificultades con la vida amorosa. Julián va a ser papá y se encuentra con Diego en una sauna por casualidad quien le dice que el robo del dinero de la familia fue la idea de la mismísima Virginia y él solo fue un cómplice. Juntos van a descubrir lo que la matriarca en realidad los dejó.
La ausencia de la matriarca sí se nota. Aún la vemos en algunas escenas por lo menos pero ya se ha convertido en la nueva Roberta aunque Roberta misma sigue narrando la historia. También llegamos a saber la suerte de algunos personajes. Memela acaba por vivir una vida simple con su amante, ahora en una silla de ruedas a causa del disparo en el final de la primera temporada. Lo de Virginia es un giro inesperado pero tiene sentido como su propia venganza contra la amante de su esposo. Hay preguntas interesantes acerca de las subtramas nuevas. ¿Qué hizo Virginia con el dinero? ¿Quién es el hombre el cual iba a dejar flores en la tumba de Virginia? ¿Qué hay dentro del cajón? ¿Es Lucía la mamá de la hija de Julián? ¿Cómo terminaron juntos los dos? Son las preguntas que nos van a mantener interesados pero tengo miedo de quedarme desilusionado. Ojalá que nos sorprenda todos. Con nueve episodios nomás parece que hay menos cosas interesantes a contar esta vez.
Episode 14: Rose (Unity)
A year later, Virginia de la Mora is dead. Now residing with María José and Bruno in Madrid, Paulina receives a call from Mexico from the family lawyer who informs her that someone has contested her mother’s last will and testament. Still obsessed with vengeance against Diego, she tells María Jose and Bruno that they will go back to Mexico. Bruno is excited, while María José is sick of all the drama. Purificación (María León), María José’s meddlesome sister, burns the passports of father and son, and in the end Paulina goes back to Mexico City alone. A lot has changed in the de la Mora household. Ernesto has found solace in a renewed spiritual life. Elena becomes an arquitect in a big company but still struggles with her love life. Julián is about to become a father and runs into Diego in a sauna who tells him that the theft of the family money was actually the idea of Virginia herself and that he was just an accomplice. Together, they will discover what the matriarch has really left them.
The matriarch’s absence shows. At least we still get to see her in some scenes, but she has become the new Roberta, even though Roberta herself is still narrating the story. We also get to know the fate of some of the characters. Memela ends up living a simple life with her lover, now in a wheelchair because of the gunshot that ended the first season. That of Virginia stealing the money is an unexpected twist, even though it makes sense as her own revenge against her husband’s lover. There are interesting questions about the new subplots. What did Virginia do with the money? Who is the guy who was about to leave flowers on Virginia’s grave? What’s inside the box? Is Lucía the mother of Julián’s daughter? How did those two end up together? These are the questions that will keep us interested for now but I’m afraid to be disappointed. Hopefully, they’ll end up surprising us all. Just nine episodes seem too few to tell interesting stories this time around.
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